A continuación compartiré una serie de posts con la traducción de las "Discusiones" del grupo Ordain Women, que advoca por la ordenación de las mujeres al Sacerdocio dentro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, asímismo solicita un diálogo mas abierto respecto a la igualdad de género, percibida por muchos de nosotros como desigual dentro de la Iglesia, no así de la doctrina, pues sabemos que "Todos son iguales ante Dios" (2 Nefi 26:33, El Libro de Mormón).
Para consultar el pdf original en inglés, accede al siguiente link: http://ordainwomen.org/wp-content/uploads/2014/05/OrdainWomen6DiscussionsSeetheSymptoms.pdf
Actividad introductoria de la Discusión 1:
Para consultar el pdf original en inglés, accede al siguiente link: http://ordainwomen.org/wp-content/uploads/2014/05/OrdainWomen6DiscussionsSeetheSymptoms.pdf
Discusión
1
Ordain Women
“¿Qué es el patriarcado?” preguntó la Sra. Jensen, maestra de secundaria. Sólo Emma sabía la respuesta, en una clase de 30. Lentamente alzó la mano y contestó: “Es cuando los hombres tienen toda la autoridad y son líderes necesarios para que una organización funcione. Las mujeres están subordinadas. Las mujeres tienen roles, y tal vez sean necesarias, pero son supervisadas por los hombres y no son indispensables para el gobernar, hacer reglas y tomar decisiones en la cultura como lo son los hombres”.
Su maestra estaba impresionada, “¿Cómo llegaste a saber eso?”
“Soy mormona” contestó Emma.*
*Esta historia ocurrió recientemente en Texas, los nombres fueron cambiados.
Lecturas de la Discusión 1 de Ordain
Women
Los
participantes deberán prepararse de antemano leyendo los siguientes textos:
Feminism 101: Patriarchy Ingrid Asplund (Feminismo
101: Patriarcado, en inglés)
Equality is not a Feeling Heather Olson Beal (La Igualdad no es un Sentimiento, en inglés)
Ask a Feminist Chelsea Shields Strayer (Pregúntale a una Feminista, en inglés)
D&C
1:24-28
En
esta discusión se hablará sobre la cultura patriarcal: lo que significa vivir y
adorar dentro de ésta. Sigua en orden las actividades y ejercicios que se
muestran a continuación, posteriormente discuta las preguntas previstas, o
alguna otra que surja de los miembros del grupo de discusión. Siéntase con la
libertad de hacer las modificaciones que considere adecuadas para ajustar la
estructura de la discusión a las necesidades de su grupo.
LA LOTERÍA (BINGO) DEL PATRIARCADO
Esta
actividad para romper el hielo ayudará a identificar los síntomas de crecer en
una cultura patriarcal. Corte los cuadrados y acomódelos en el orden que desee,
para que el tablero de cada participante tenga una disposición distinta.
Escribe en la Casilla Libre alguna experiencia de tu propia vida.
Preguntas para el grupo de discusión:
¿Cuáles son tus pensamientos y sentimientos después
de haber jugado? ¿Cuáles síntomas te sonaron mas familiares?
¿La política del sacerdocio masculino ha afectado tu
vida directamente? ¿Alguien quisiera compartir lo que escribió en su Casilla
Libre?
Ejercicio de reflexión no. 1:
LA REUNIÓN SACRAMENTAL
¿Qué
pasaría si de pronto todos los hombres de una reunión sacramental tuvieran una
llamada de emergencia el domingo por la mañana y sólo hubiera mujeres? ¿Cómo se
vería una reunión así?
No habría un obispo en el estrado para
dirigir la reunión, ni miembros del obispado para cumplir con esa función. Ni
presbíteros para bendecir los sacramentos. Ni diáconos o maestros para repartir
la Santa Cena. Nadie para conducir la reunión, ni dar los anuncios del barrio,
ni concluir la reunión antes de la última oración. Probablemente la Iglesia
tendría que cancelarse por esa ocasión.
Ahora
imagine que faltaran todas las mujeres de la congregación durante la reunión
sacramental.
La reunión continuaría como estuviera
planeada pero sin mujeres: el obispado dirigiría, un hombre podría conducir la
música. Los hombres y los jóvenes podrían bendecir y repartir los sacramentos,
el obispado podría concluir la reunión y asignar a alguien para los discursos y
las oraciones. Todo seguiría como de costumbre.
Preguntas para el grupo de discusión:
¿Qué opinas de la cita de Sheri L. Dew: “En la
Iglesia… al final los hombres controlan todo”[i]?
Ejercicio de reflexión no. 2:
¡LOS HOMBRES SUD SON INDREIBLES! ENTIENDAN SU LUGAR Y LA FUERZA MORAL DE
LOS HOMBRES
Lea
los siguientes tres párrafos del discurso[ii]
del élder Quentin L. Cook de la conferencia general de abril de 2011, de un
devocional[iii]
del SEI por el élder Russell M. Ballard en la Semana de la Educación en BYU en
agosto de 2013 y el discurso[iv] del élder
D. Todd Christofferson en la conferencia de octubre de 2013. Pero durante el
ejercicio, imagine a la Presidenta General de la Sociedad de Socorro, Linda K.
Burton dirigiendo estas palabras desde el púlpito. (todas las referencias de
género han sido cambiadas).
“¡Los
hombres SUD son increíbles! El liderazgo femenino en todos los niveles de esta
Iglesia agradece el servicio, sacrificio, dedicación y contribución de los
hermanos. Mucho de lo que se logra en la Iglesia es gracias al servicio
desinteresado de los hombres. Ya sea en la Iglesia o en el hogar, es algo
hermoso ver a la Sociedad de Socorro y el trabajo auxiliar de los hombres en
perfecta armonía… los hermanos tienen roles clave en la Iglesia, en la vida
familiar y como individuos que son esenciales en el plan de Dios. Muchas de
estas responsabilidades no dan una compensación económica pero sí satisfacción
y son eternamente gratificantes… Queridos hermanos, los amamos y admiramos.
Apreciamos su servicio en el reino de Dios. Ustedes son increíbles”.
“En
muchas maneras los hombres son el corazón de la Iglesia. Así que hoy, con la
ayuda del Señor, quisiera rendir un tributo a todos los hombres y jóvenes
fieles. A ustedes hermanos, done quiera que vivan en el mundo y así escuchen o
lean este mensaje, por favor sepan del gran afecto y confianza que tiene la
Profetisa y la Presidencia de la Sociedad de Socorro en ustedes… Ahora bien,
hermanos, hablando francamente con las hermanas, permítanme un momento de
candor hacia ustedes. Si bien su punto de vista es útil y bienvenido en
importantes concilios, deben cuidarse de no asumir un rol que no les
corresponde. Los consejos de barrio y estaca mas exitosos son aquellos donde
las poseedoras del sacerdocio confían en los líderes hombres y les alientan a
contribuir a las discusiones, y donde los hombres respetan completamente y
sostienen las decisiones del consejo hechas bajo la dirección de las líderes
del sacerdocio que posee las llaves”.
“Mi
abuelo me enseñó a estar consciente en el servicio del sacerdocio. Me alentó a
memorizar las oraciones sacramentales del pan y el agua, explicándome que de
esa manera pudiera expresarlas con un mayor sentimiento y entendimiento. El
observarlo sostener a mi abuela, matriarca de estaca, engendró en mí un respeto
por las cosas sagradas. El abuelo nunca aprendió a manejar un auto, pero él
sabía como ayudar a las jovencitas a ser buenas poseedoras del sacerdocio. La
influencia moral del hombre nunca es más poderosa o de mejor beneficio que en
su casa”.
Preguntas para el grupo de discusión:
¿El escuchar los discursos oficiales con una
inversión del género nos ayuda a ver y oír las cosas de manera diferente?
¿Le parece extraño escuchar a una mujer expresarse
así de los hombres? ¿Por qué?
Conclusiones
Ingrid
Apslund dice en su publicación, “El patriarcado es un sistema en el que cada
uno de nosotros es a la vez cómplice y crítico en diferentes tiempos y en
diferente forma”.
Preguntas para el grupo de discusión:
¿Es posible verse a la vez beneficiada y discriminada
por la misma institución?
¿Hasta dónde podemos disfrutar las partes del
evangelio que amamos y atesoramos, al mismo tiempo que pensamos en las veces
que hemos sido lastimadas o discriminadas?
FEMINISMO 101: EL PATRIARCADO
Ingrid Apslund – 10 de agosto 2013
¿Qué es el patriarcado?
El
sistema patriarcal es uno en el que los hombres adultos tienen más, mucho, o
todo el poder. El patriarcado significa "gobierno de los padres",
aunque la palabra como la usamos ahora se refiere a los hombres y no sólo a los
padres. El patriarcado es un sistema, no un grupo de personas o una persona.
Cuando las feministas hablan de desmantelar, destruir, romper o aplastar al
patriarcado no significa que quieran poner fin a todos los padres del mundo o a
todos los Patriarcas de Estaca que existen. El patriarcado es intangible, pero
impregna todas las esferas de poder: personal, político, económico, social,
religioso, sexual y así sucesivamente.
El
patriarcado se puede manifestar a través de diferentes sistemas de opresión
específica de la comunidad y la cultura. Yo, como una mujer mormona de clase
media blanca en Estados Unidos, vivo las consecuencias del patriarcado
occidental, el patriarcado Mormón y patriarcados específicos a mi raza y clase
demográfica. Experimento también el patriarcado académico, porque soy
estudiante universitaria y el patriarcado de la familia nuclear. Alguien
diferente a mí podría experimentar un patriarcado judío, un patriarcado específico
del sur de Asia , o el patriarcado de una clase trabajadora. El patriarcado es
un sistema del que cada uno de nosotros es a la vez cómplice y crítico, en
diferentes momentos y en diferentes formas.
¿A quiénes afecta el patriarcado y cómo?
En
primer lugar, el patriarcado privilegia a los hombres sobre las personas de
otros sexos y géneros. Dicho esto, no es completamente negro y blanco. Hay
efectos secundarios del patriarcado que son malos para los hombres, como la
experiencia imitante de tratar de vivir de acuerdo con normativa de
masculinidad, y se podría argumentar que hay efectos secundarios del
patriarcado que son buenos para las mujeres, como la cena gratis ocasional para
las señoras que juegan bien sus cartas, así como la exención del servicio
militar obligatorio. Estas son las cosas (discutiblemente) buenas, pero no
dejan de ser parte de un sistema que privilegia principalmente a los hombres y
oprime a las personas que no lo son. Por lo tanto la mayoría de las diferencias
de género socialmente construidas, incluso las que parecen beneficiar a las
mujeres o dañar a los hombres, se originan en el patriarcado ya sea directa o
indirectamente.
¿Dónde está el patriarcado?
En
las culturas patriarcales, el patriarcado puede manifestarse en cualquier parte.
Existe en los libros que leemos y en la música que escuchamos, en nuestras
ideas sobre el sexo, el amor y el matrimonio y en nuestras interacciones
individuales. Puedo dar un ejemplo del patriarcado del que fui testigo esta
semana, para ilustrar: era de noche y yo estaba sentada en un banco en el
campus de la Universidad Brigham Young hablando por teléfono con un amigo. Dos
caballeros se sentaron frente a mí en un banco diferente con sus perros,
charlando entre sí, casi al alcance del oído. Tras el fin de la conversación,
uno de esos hombres preguntó después sobre mi conversación telefónica y comenzó
a hacer plática casual. Estos hombres eran desconocidos para mí, y como fui
criada como una niña, aprendí que hablar con hombres extraños en la oscuridad,
incluso en la edad adulta, es peligroso. Yo estaba esperando a unos amigos para
que vinieran a recogerme y no tenía ningún interés en hablar con ellos. Al
igual que muchas personas, pero especialmente las niñas, aprendí también a dar
prioridad a los sentimientos de otras personas antes que a mis propios
sentimientos de comodidad o seguridad. Además, yo no quería que estos hombres
se enojan conmigo por ser descortés, así que traté de parecer cortés a pesar de
que no me sentía cómoda hablando con ellos. Les di respuestas cortas y no hacía
contacto visual, con la esperanza de que recibirían el mensaje de que me sentía
incómoda. No lo hicieron, y no pararon de hablar hasta que llegaron mis amigos
y me pude alejar sin sentirme culpable.
Este fue un lugar del patriarcado, sobretodo si tenemos en cuenta que
las experiencias que estos hombres estaban teniendo era muy diferente a la mía.
Ellos no estaban pensando que hablar con extraños en la oscuridad era
peligroso, pero era algo que yo no sentía seguro para mí. Mis sentimientos no
parecían ser una prioridad para ellos, ya que ignoraban lo que yo pensaba eran
señales de que me sentía incómoda y no quería hablar con ellos, mientras que
sus sentimientos –particularmente asegurarme de que no se enfadaran conmigo si decía
explícitamente que no quería hablar con ellos- era lo que más me preocupaba.
Obviamente puede haber habido otros factores en juego. Puede que a mí me ponga
mas nerviosa estar con hombres extraños, o pueden simplemente que ellos hayan
sido extremadamente amables, pero yo uso este ejemplo para ilustrar que todos
estábamos en un paradigma patriarcal; el género es a menudo un factor
importante, aún en las interacciones en las que el género no es un factor
determinante. Las situaciones de patriarcado se manifiestan en formas que son
más evidentes. Podemos ver el patriarcado en la representación de las mujeres en
el gobierno de los Estados Unidos, los tipos de roles y personajes que se dan a
las mujeres en la mayor parte de los medios de comunicación que consumimos, en
las tasas de violencia sexual y en los trastornos de la alimentación, así como
en la brecha salarial. Si abres los ojos a la forma en que el patriarcado
afecta nuestra cultura y los sitios de poder, te darás cuenta de que éste
colorea muchas de nuestras interacciones y experiencias. Debemos estar
conscientes de cómo el patriarcado existe en nuestras vidas si vamos a crear un
sistema más justo para vivir para nosotros mismos y los demás.
LA IGUALDAD NO ES UN SENTIMIENTO
Heather Olson Beal – 16 de octubre 2013
Mi proclamación de dos puntos:
1.
No sé lo que
pienso acerca de Dios en estos días, pero esto sí sé: Dios no es el autor de la
desigualdad. No me importa me digan otra cosa. No te lo compro.
2.
Separados pero
iguales es una tontería. No funciona en las salas de cine, escuelas, fuentes de
agua, en los hospitales, en el gobierno, en las leyes, en los vagones de tren,
en las máquinas de soda ni en los autobuses. Estoy segura que no funciona en mi
iglesia.
En
una reunión en la ciudad de Creek Park el 5 de octubre, antes de que las
participantes de Ordain Women
caminaran en silencio hasta la plaza del Templo para pedir ser admitidas en la
sesión del sacerdocio de la Conferencia General, Kate Kelly dijo con más
elocuencia:
He oído a
muchas mujeres decir: ‘No veo nada malo con el status quo. Yo me siento igual’. A ellas les digo: ‘Pueden
sentirse respetadas, apoyadas y validadas en la iglesia, pero la igualdad se
puede medir. La igualdad no es un sentimiento. En nuestra iglesia los hombres y
mujeres no son iguales’.
Formas de medir la desigualdad en la Iglesia SUD
(adaptado
de la serie de blogs La Igualdad no es un
sentimiento)
Liderazgo
Tenemos
122 autoridades generales
Sólo
9 posiciones son ocupadas por mujeres como autoridades auxiliares
Las
9 son presididas por hombres
Acceso a registros administrativos
El
número de personas en todo el mundo que tienen acceso al Volumen 1 del Manual
de Instrucciones de la Iglesia, el libro de reglas bajo el que se espera que
los hombres y mujeres de la Iglesia vivan y con el que ésta es dirigida:
Hombres:
118,000 (Autoridades Generales, presidentes de estaca, obispos)
Mujeres:
9 (las presidencias auxiliares)
Fuente:
http://www.the-exponent.com/the-sealed-book-church-handbook-of-instruction-volume-1/
“Pueden sentirse respetadas, apoyadas y validadas en
la iglesia, pero la igualdad se puede medir. La igualdad no es un sentimiento.”
–Kate Kelly
PREGUNTA A UNA FEMINISTA
Chelsea Shields Strayer – 25 de
septiembre 2010
Querida
Pregunta a una Feminista:
Acabo
de leer el artículo en el Salt Lake City News titulado "Un nuevo grupo
Mormón-Feminista presiona a la Iglesia SUD". Es la primera vez que he oído
hablar de este grupo y todavía estoy confundida en cuanto a lo que sientes que
es desigual en la iglesia. Lo único que se menciona en el artículo tiene que
ver con los cambiadores de pañales y que los niños exploradores tienen más dinero?
Estas parecen cosas triviales y en realidad no son la raíz del problema para
usted. ¿Cuáles son las cosas por las que realmente te sientes tan desigual? He
leído tu blog y realmente no encontré ninguna cuestión, sino sólo sentimientos
de desigualdad. Realmente me gustaría saber ¿qué cosas te hacen sentir de esa
manera? ¿Es porque los hombres dirigen la iglesia? Sí, ellos son los líderes,
pero, ¿Quién dirige a la Sociedad de Socorro, la Primaria y a las Mujeres Jóvenes?
¡He tenido llamamientos en todo esto y ni una sola vez ha habido un hombre que
nos diga qué hacer! Últimamente los Élderes de la iglesia se han centrado en la
mujer y en nuestras necesidades, la forma en que debemos ser tratadas y lo
mucho que somos amadas y apreciadas.
Una
cita del artículo: "Los temas por los que las feministas mormonas están
tan preocupadas son las cosas que están haciendo tan difícil para las mujeres mormonas quedarse en la iglesia",
escribe Butterworth. Por favor, ¿dime qué es tan difícil? Yo siento que sólo
estás tratando de revolver la olla y llevar ideas negativas acerca de la
iglesia sobre cosas que no son ciertas. También siento que usted está caminando
una línea muy fina con este movimiento (sin ningún fundamento real en mi
opinión). Tal vez usted NO tendría que sentir que es difícil permanecer en la
iglesia si no tuviera cuidado (no me gustaría que llegara a eso). Siento que
tiene un testimonio de la iglesia, pero que ha reflexionado sobre algunas cosas
negativas que la gente le ha hecho, no lo que la iglesia le ha hecho.
Saludos
cordiales,
Ten
Cuidado
Querida
Ten Cuidado:
Me
alegro de que usted haya tenido muchos llamamientos en la iglesia y "Ni
una sola vez haya habido un hombre diciendo [qué es] lo que debe hacer".
¿A qué barrio asiste usted? Me gustaría unirme.
Dejando
las bromas de lado, usted ha hecho algunas preguntas conmovedoras.
Principalmente, qué son las cosas que me hacen sentir desigual. He aquí una
lista parcial para usted a continuación.
Recuerde
que ésta es mi respuesta y cada mujer con la que hable tendrá experiencias
diferentes. Amo a mis líderes de la iglesia y tengo fe en este evangelio. No
toda la desigualdad de género en la iglesia está ligada al sacerdocio y creo
que el 90% de la misma no es intencional y, por lo tanto, es importante para
nosotros en LDS WAVE (Latter Day Women Advocating for Voice and
Equality, Mujeres Santos de los Últimos Días Advocando por Voz e Igualdad) hacer
que nuestras voces sean escuchadas. Usted puede encontrar esta lista abrumadora
y preguntarse por qué alguien que se siente así se quedaría en la iglesia.
Recuerde que me siento profundamente comprometida con la iglesia y estoy
tratando de alinear mi fe como Santo de los Últimos Días con mi sentido espiritual
profundamente arraigado de igualdad. Tristemente, esta paradoja a menudo me
provoca a mí, y a muchas mujeres que conozco, un gran dolor y frustración.
Reconozco
que algunos de estos problemas son de la iglesia como organización mundial,
algunos locales y algunos inmutables. Algunos de ellos son simples y algunos de
ellos están profundamente arraigados. Todos ellos, sin embargo, me hacen sentir
desigual y vale la pena considerarlos.
Me siento desigual cuando hay más (muchas más) voces de
hombres en los textos religiosos, en las reuniones, en posiciones de liderazgo,
y en la toma de decisiones.
Me siento desigual cuando llamamientos que no
requieren del sacerdocio se dan sólo a los hombres: la presidencia de Escuela
Dominical, los Presidentes de las Universidades BYU, BYU-Idaho y BYU-Hawaii, Comisionados
del Sistema Educativo de la Iglesia, líderes misionales de barrio, los
encargados de revisar lar recomendaciones en la entrada del Templo, etc. (Del
mismo modo, los hombres no son llamados en la actualidad en presidencias de la
Primaria).
Me siento desigual cuando las mujeres que hacen el
mismo trabajo que los hombres son llamadas por diferente título (es decir, la
hermana vs el Presidente) y / o cuando son accesorios, en lugar de servir por
igual con sus esposos, es decir,
sólo esposas del Presidente de Misión.
Me siento desigual cuando tengo un llamamiento como
líder auxiliar y tengo que obtener la aprobación de todas las decisiones por algún
hombre y / o cuando no estoy invitada a asistir a las reuniones del Comité
Ejecutivo del Sacerdocio que influyen directamente en mis mayordomías.
Me siento desigual cuando mi valor está vinculado
principalmente a ser esposa y madre y no por ser una hija de Dios.
Me siento desigual cuando los hombres de mi vida reconocen
que no tienen líderes espirituales femeninas en sus barrios o comunidades.
Me siento desigual cuando las mujeres tienen funciones
menos prominentes, prestigiosas, y públicas en la Iglesia, incluso antes y
después de los años de crianza de los hijos.
Me siento desigual porque incluso uno de los períodos
más intrínsecamente dominados por mujeres, el tener un nuevo bebé, es
públicamente exhibido en la iglesia en un ritual completamente masculino de la
bendición del bebé.
Me siento desigual cuando los hombres manejan el 100%
de las finanzas de la iglesia.
Me siento desigual cuando me enseñan en la iglesia
que mi marido preside en mi familia, que él es la cabeza, y a pesar de ser
iguales, él tiene la última palabra.
Me siento desigual cuando la gente predica que los
hombres y las mujeres son de total igualdad y en el mismo discurso dicen la
frase anterior.
Me siento desigual cuando me doy cuenta de que en la
iglesia todos los hombres tienen la última palabra. Los buenos líderes pueden
consultar con un líder auxiliar femenino, pero en última instancia, incluso
después de ser llamada a una posición a través de la inspiración, los hombres
todavía toman las decisiones finales.
Me siento desigual cuando los Scouts tienen un mayor
presupuesto (pues se les permite hacer la recaudación de fondos - aunque esto
podría ser un asunto local) que las mujeres jóvenes y por lo tanto, a menudo
tienen mejores actividades.
Me siento desigual cuando las mujeres jóvenes y los
hombres jóvenes tienen manuales, presupuestos y actividades tan diferentes.
Me siento desigual cuando se anima a los padres y
madres a cumplir funciones primarias de proveer y cuidar, pero sólo al padre se
le da la libertad de buscar la mejor manera de proveer; en tanto que a las
madres se les dice cuál es la mejor manera de cuidar -ser amas de casa.
Me siento desigual cuando los hombres me enseñan que
ser un ama de casa es la cosa más importante que una persona puede hacer y sin
embargo la mayoría de ellos no lo hacen.
Me siento desigual cuando no se hace énfasis en la
paternidad tanto como se hace con la maternidad y cuando tenemos numerosas lecciones
anuales sobre el sacerdocio pero no se enseña nada sobre el papel de la mujer
como sacerdotisa .
Me siento desigual en la primaria cuando la mayor
parte de las lecciones y canciones están dirigidas a los hombres, aunque la
mayoría de los maestros y los líderes son mujeres.
Me siento desigual porque los consejos disciplinarios
de la iglesia se componen únicamente de hombres y no hay voces femeninas en los
asuntos mas sensibles de la disciplina eclesiástica.
Me siento desigual cuando las mujeres tienen que
hablar a los hombres acerca de sus pecados, especialmente los sexuales, y no
tienen ninguna otra opción de sanción eclesiástica.
Me siento desigual porque la mayoría de los hombres,
incluso inspirados, no pueden comprender plenamente o proporcionar los recursos
suficientes sobre el abuso sexual.
Me siento desigual cuando hombres de mayor edad les
enseñan a las niñas acerca de la modestia y la castidad, sobre todo porque las
mujeres toman decisiones acerca de estas cosas por razones muy diferentes que los
hombres.
Me siento desigual porque en la elaboración de muchas
de las declaraciones oficiales y proclamaciones de la iglesia no hay participación
femenina, independientemente de cómo drásticamente afectan a las mujeres.
Me siento desigual cuando no hay pesos y contrapesos
para mujeres que sufren de abusos. Mientras que el abuso puede ser poco
frecuente, es aterrador que las mujeres no tengan recursos a los que acudir, fuera
de la jerarquía eclesiástica masculina.
Me siento desigual porque la autonomía de la Sociedad
de Socorro fue quitada y se convirtió en un auxiliar presidido por hombres.
Me siento desigual cuando la autonomía económica de
las mujeres no es alentada tanto como la de los hombres en la iglesia y / o
escuelas de la iglesia.
Me siento desigual porque los hombres conducen, los
hombres predican , los hombres hablan en las reuniones. Los hombres nos enseñan
cómo ser mujeres.
Me siento desigual porque los líderes locales rara
vez utilizan un lenguaje inclusivo de género, no sexista, a pesar de que los
manuales de la iglesia y en los discursos de la conferencia general tratan de
hacerlo.
Me siento desigual cuando los hombres hablan en las
reuniones de la Sociedad de Socorro y las Mujeres Jóvenes, pero las mujeres
nunca hablan en las reuniones del sacerdocio.
Me siento desigual porque hay muy pocas voces de
mujeres en los manuales de correlación de la iglesia.
Me siento desigual cuando las mujeres no rezan en la Conferencia
General y porque sólo dan 2 o 3 de los muchos discursos.
Me siento desigual porque los hombres pueden ser
sellados a mas de una mujer, pero una mujer sólo puede ser sellada a un hombre.
Me siento desigual en el templo, porque las mujeres
tienen un diálogo y un papel diferente.
Me siento desigual cuando a las mujeres que trabajan
para el Sistema Educativo de la Iglesia no se les permite mantener sus
posiciones después de tener hijos.
Me siento desigual porque sabemos muy poco acerca de
nuestra Madre Celestial y su papel en la Divinidad y no parece haber ningún interés
por parte de nuestros líderes para orar y saber más. No sé cuales son mis
potenciales divinos como mujer y eso me hace sentir menos importante.
Me siento desigual porque todas estas preocupaciones
están mediadas por líderes hombres y que sólo son tan importantes como estos
hombres las consideren. Mientras que la mayoría de nuestros líderes son maravillosos,
hay muy poco en la estructura o en la doctrina que prevenga a los líderes
masculinos de la misoginia o el sexismo benevolente.
Me siento desigual cuando estas desigualdades de
género no son reconocidas por los líderes. Es difícil ser una mujer en una iglesia
patriarcal y estamos haciendo todo lo posible para hacer que funcione.
Reconocer esta dificultad sería un gran paso.
Todas
estas razones llevan a plantear la siguiente pregunta: ¿Si las mujeres son de
verdad valoradas igualmente que los hombres, por qué no se les da igual voz? Eso
es lo que estamos tratando de hacer aquí en LDS
WAVE.
Agradecemos
a todos los que nos han contactado y han escuchado de muchas mujeres y hombres
que no ven un problema con cualquiera de lo anterior y que no se sienten
desiguales en absoluto. También hemos escuchado de muchas mujeres y hombres que
dicen que han sido inspiradas,
fortalecidas y alentadas de saber que no están solas en su lucha y dolor con
estas cuestiones. De cualquier manera, por favor comparte con nosotros cómo has
superado algunos de estos obstáculos para que todos podamos aprender unos de
otros y ser uno en Cristo.
Sinceramente,
Pregunta
a una Feminista
He aquí,
soy Dios, y lo he declarado;
estos mandamientos son míos y se dieron a mis siervos
en su debilidad, según su manera de hablar para que
alcanzasen conocimiento;
y para que cuando errasen, fuese manifestado;
y para que cuando buscasen sabiduría, fuesen
instruidos;
y para que cuando pecasen, fueran disciplinados para
que
se arrepintieran;
y para que cuando fuesen humildes, fuesen
fortalecidos y bendecidos
desde lo alto, y recibieran conocimiento de cuando en
cuando.
Doctrina y Convenios 1:24-28
RECURSOS ADICIONALES
Recomendados
para participantes que deseen continuar la discusión a través del estudio
personal.
ARTÍCULOS
A Walk in
Pink Moccassins Carol Lynn Pearson (Caminando con zapatos rosas, en inglés) https://www.sunstonemagazine.com/pdf/137-21-25.pdf
Mormon Male
Privilege and How to Make Apparent Gender Disparity in the Church Chelsea Shields Strayer (El privilegio masculino mormón y cómo hacer aparente disparidad de
género en la Iglesia, en inglés) https://www.sunstonemagazine.com/pdf/137-21-25.pdf
The Trouble
with the Chicken Patriarchy
Kiskilili (El problema del patriarcado de
pollo, en inglés) https://www.sunstonemagazine.com/pdf/137-21-25.pdf
AUDIO
A Spoonful
of Sugar Lindsay, Liz, Meredith y Melissa
(Un poquito de azúcar, en inglés) https://feministmormonhousewivespodcast.org/tag/benevolent-patriarchy/
Half the
Sky: Turning Oppression into Opportunity for Women Worldwide Cami, Chelsea y Anissa (La mitad del cielo: Convirtiendo la opresión en oportunidad para las
mujeres de todo el mundo, en inglés) http://feministmormonhousewivespodcast.org/fmbc-half-the-sky-turning-oppression-into-opportunity-for-women-worldwide/
LIBROS
Mormon
Women Who Have Their Say: Essays From The Claremont Oral History Collection (Las mujeres mormonas tienen algo que decir: Ensayos
de la Colección de Historia Oral de Claremont) L. Bushman, Claudia/ Kline,
Caroline. Gregg Kofford Books, 2013.
Véase también
el podcast (en inglés) con el mismo título en: http://mormonstories.org/mormon-women-have-their-say/
A Year of
Biblical Womanhood (Un año de
Feminidad Bíblica) Held Evans, Rachel. Editorial Thomas Nelson, 2013.
Jesus
Feminist: An Invitation to Revisit the Bible’s View of Women (Jesús Feminista: Una invitación a revisar la postura
de la Biblia sobre las mujeres) Bessey, Sarah. Howard Books, 2013.
Véase también
el podcast (en inglés) con el mismo título en: http://feministmormonhousewivespodcast.org/fmbc-jesus-feminist-by-sarah-bessey/
[i]
Women and the Priesthood. (La mujer y
el sacerdocio, en inglés). DEW, Sherry. Deseret Book, 2013. Pág. 110
[ii]
LDS Women Are Incredible! (¡Las
mujeres de la iglesia son increíbles!) Élder Quentin L. Cook, Abril 2011
disponible en http://www.lds.org/general-conference/2011/04/lds-women-are-incredible?lang=eng
[iii]
Let Us Think Straight. (Pensemos
claramente) Élder M. Russell Ballard, Agosto 2013 disponible en http://speeches.byu.edu/?act=viewitem&id=2133
[iv]
The Moral Force of Women. (La fuerza
moral de las mujeres) Élder D. Todd Christofferson, Octubre 2013 disponible en http://www.lds.org/general-conference/2013/10/the-moral-force-of-women?lang=eng
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